Según las leyes de la física quántica, todo es energía, y la energía vibra a diferentes frecuencias creando diferentes tipos de ondas: luz, sonido, ondas electromagnéticas, etc. incluso la materia es energía con una frecuencia vibratoria menor, lo que le da esa apariencia de densidad, que en realidad está compuesta por diferentes ondas congeladas o cristalizadas. De ahí se desprende que todo en el universo, incluyendo el cuerpo humano, está en un continuo estado de vibración, con mayor o menor frecuencia, y las manifestaciones de esa vibración producen diferentes sensaciones y percepciones.
De estos conceptos han surgido las terapias energéticas también conocidas como terapias vibracionales entre las que se encuentran el sonido en sus diversas manifestaciones. Toda la materia emite sonido aunque dichos sonidos se encuentren, en su mayoría, fuera de nuestro umbral de audición. Nuestro cuerpo físico también emite diferentes sonidos desde nuestros órganos, hasta nuestras auras, ambos generados por los átomos que los configuran y que están en continua vibración emitiendo diferentes tipos de ondas. El ser humano presenta una realidad vibracional rica y apasionante que va desde el ritmo de los órganos vitales, la respiración, la actividad mental, las emociones y cada capa o cuerpo sutil integrada en el todo de lo que realmente somos.
Desde los años 30 se viene estudiando los efectos del sonido sobre diferentes materias, incluido el cuerpo humano. Desde los descubrimientos de Hans Jenny el físico alemán que estudio el efectos de ondas de sonido sobre diferentes materias y como variaba la organización de sus partículas formando figuras geométricas hasta la “Music masaje Sound Therapy” o terapia de masaje sonoro, la ciencia de la cimática prueba más allá de toda duda, que cualquier sonido cercano al organismo humano originará un cambio físico en el interior del organismo y sus campos electromagnéticos. La terapia del sonido se fundamenta en el principio de "resonancia”. El término resonancia se refiere a que cada objeto tiene un índice vibratorio y cuando se encuentra en cercanía de otro objeto le provoca este una vibración semejante a la que el mismo emite. Los distintos órganos del cuerpo vibran en armonía cuando están sanos. Cuando estamos enfermos, se debe a que alguna parte de nosotros no está vibrando en armonía consigo misma, con las demás partes o con el entorno. Esta disonancia o enfermedad puede sanarse con sonido y voluntad (intención)‚ devolviendo a las partes enfermas su frecuencia sana emitiendo vibraciones para que el elemento enfermo resuene a la frecuencia de la salud. Al dirigir el sonido correcto hacia nosotros mismos, o hacia la persona que desea ser curada, podremos regresar a una vibración óptima, sana.
La mayoría de las enfermedades empiezan en uno de los cuerpos sutiles. Nuestros pensamientos, y emociones negativos crean cortocircuitos o formas densas como patrones de energía cristalizados o congelados en nuestros campos etéricos. Esos patrones cristalizados o congelados van penetrando gradualmente, por los distintos cuerpos sutiles hasta llegar al cuerpo físico manifestándose como enfermedad en nuestro campo electromagnético más denso. El sonido es capaz de disolver estas cristalizaciones o energías potencialmente dañinas mucho antes de que lleguen al cuerpo físico, lo que en realidad consigue es hacer una medicina preventiva y esto lo puede no sólo con sonidos puros sino incluso con la música. De hecho se vienen haciendo estudios de cómo diferentes tipos de música consiguen potenciar distintas ondas cerebrales consiguiendo sensaciones de tranquilidad, capacidad de concentración o creando la necesidad de la acción.
Los terapeutas del sonido utilizan una combinación de aspectos de cara a identificar la mejor manera aplicar el sonido para crear armonía y bienestar. Para ello parten de la base que lo primero es aprender a escuchar conscientemente. En esta interviene la intención y la atención, el ser capaces de afinar nuestra percepción para sintonizar dentro del mar de vibraciones aquellas que queremos. Cuando se logra una escucha selectiva logramos afinar que es identificar el orden dentro del caos. Cuando dos cuerdas están afinadas en la misma nota al pulsar una la otra vibra, por el efecto de resonancia, sin que exista ningún contacto físico. Resonar, pues es dejarse vibrar, sin resistencias con entrega, sin oponernos al fluir de la vibración, intercambiar dinámicamente entre diferentes planos de nuestra realidad multidimensional.
Un conocimiento funcional del sonido conllevará la escucha, la afinación y la resonancia, provocando cambios poderosos en cada nivel de nuestro ser. Se trata de una terapia holística que actúa en los niveles físico, emocional, mental y espiritual. Uno de los recursos de sanación por medio del sonido es la antigua técnica del canto de armónicos. Se trata de una técnica mediante la cual una sola persona canta dos, tres y hasta cuatro sonidos simultáneos o sobretonos del tono fundamental que se está cantando. Empleando el cuerpo humano como un resonador es posible amplificar los armónicos (los tonos parciales que componen la voz) configurando una onda muy poderosa que actúa en diversos niveles. Los tonos fundamentales o bajos de la voz actúan principalmente sobre el cuerpo físico, mientras que los armónicos, que podríamos denominar el arco iris de la voz, actúan sobre los cuerpos sutiles. Estos sobretonos, son capaces de disolver las cristalizaciones de energía potencialmente dañinas del aura evitando así que alcancen el cuerpo físico. Los cantos de armónicos nos influyen cuando los cantan otros pero aún más si aprendemos a hacerlo nosotros mismos porque en ese caso todo nuestro cuerpo resuena con los tonos emitidos y emitiremos los tonos que sintamos que nos equilibran mejor.
Existen variados instrumentos físicos que producen sonidos que tienen un potente efecto sobre las personas como por ejemplo los cuencos de cuarzo compuestos por 98.9% de óxido de silicio cuyos cristales están compuestos por ondas solidificadas de luz tratadas con notas musicales. Los cuencos tienen la facultad de equilibrar la materia del cuerpo humano ya que nuestro organismo está compuesto por sustancias minerales o cristales, con una estructura electromagnética que es la que permite que estas estructuras se regeneren y esto está en función de la cantidad de sílice que contiene, lo que hace que nuestro cuerpo resuene fácilmente con el sonido de los cuencos. La combinación del sonido de los Cuencos de Cuarzo hace que "La Luz" se manifieste en diferentes formas geométricas (arquetipos) que resuenan dentro del organismo humano haciendo que cambie sus estados de conciencia.
La herramienta básica para afinarnos, o intercambiando nuestra energía mediante el efecto de la resonancia, se encuentra en nuestro interior, es la intención de poner en juego recursos donde nos encontramos solos con nosotros mismos como podemos hacer con el canto de armónicos, que se realiza desde nuestro interior y nos prepara para la experiencia del silencio interior, la resonancia con el vacío, la comunión con el todo. Si combinamos técnicas como canto de armónicos con cuencos de cuarzo multiplicamos los efectos, pero se pueden combinar con otros muchos instrumentos.
Mediante el empleo regular del sonido combinado con la intención, podemos empezar a vibrar de manera más rápida, a un nivel celular o molecular. Esto recibe el nombre de "subir la frecuencia". Una frecuencia de vibración más elevada crea mayores espacios entre las células, lo que las hace menos densas, evitando que las energías negativas o ajenas se nos adhieran fácilmente y consiguiendo estados más elevados de conciencia y facilitando bienestar y armonía.
La medicina vibracional es la medicina de la conciencia, es un proceso de conocimiento que nos lleva a un estado desde el que podemos comprender la enfermedad como un camino de realización. En ese estado de comprensión la salud es la manifestación del salto dado.
Todo es vibración y todo conocimiento tiene una esencia vibracional, la materia, la luz, el sonido, el prana son diferentes manifestaciones de una misma Realidad, mediante nuestros sentidos físicos podemos captar una estrecha franja de ella pero disponemos de muchos recursos para ampliar este espectro e interactuar con el.
El ser humano presenta una realidad vibracional rica y apasionante que va desde el ritmo de los órganos vitales , la respiración, la actividad mental y sus diferentes ondas, las emociones, el ritmo de integración con el prana, cada capa, cada cuerpo sutil presenta su propia identidad vibracional integrada en el todo de lo que realmente somos; una realidad multidimensional.
Escucha, Afinación, Resonancia
En un entorno vibracional existen varios aspectos a considerar; en primer lugar la percepción, la escucha, en definitiva el darse cuenta, tomar conciencia del contenido, la información subyacente en una manifestación vibracional. Consideremos el ejemplo de la música, podemos captar su ritmo, el timbre de cada instrumento, la integración de un conjunto de ellos, las melodías, en definitiva aspectos de una misma cosa, en un proceso de escucha consciente podemos percibir toda esa realidad vibracional con detalle y simultáneamente como un todo, desde la posición del observador que va asimilando el contenido esencial de esa manifestación, este proceso juega un papel esencial en el juego de la vida, para una cría de cualquier mamífero el reconocer la voz de su madre es un aspecto fundamental de su supervivencia, es por tanto la cualidad de la escucha un aspecto imprescindible para comprender y vivir.
En el proceso de la escucha intervienen de forma fundamental la intención y la atención, estas características nos disponen para el siguiente paso:
La afinación, entendida como un estado de percepción avanzado, sintonizar dentro del mar de vibraciones aquellas que conscientemente queremos, afinar es crear orden dentro del caos, posibilitar la manifestación de determinadas proporciones armónicas entre diferentes frecuencias y entre todas ellas la relación áurica representada por el número phi (1.618…), patrón básico de la armonía y la belleza, canon del desenvolvimiento de la energía en materia, base primordial de la armonía en la música (tonalidad mayor, 5ª) y el arte.
Afinado el instrumento se crea el espacio para el intercambio de conocimiento –la canalización- mediante el efecto de resonancia; cuando dos cuerdas están afinadas en la misma nota al pulsar una la otra vibra sin que exista ningún contacto físico, simplemente por el efecto de resonancia, resonar es dejarse vibrar, sin resistencias, con entrega, sin oponernos al fluir de la vibración, intercambiar dinámicamente entre diferentes planos de nuestra realidad multidimensional, en definitiva la integración de la diversidad en el todo.
Escucha, Afinación y Resonancia constituyen los pilares básicos en los que se sustenta el trabajo vibracional. Démosle un ámbito amplio a estas actividades; podemos escuchar nuestra voz, nuestras emociones, el parloteo de nuestra mente, escuchar nuestro corazón, escuchar-NOS, percibir la armonía en la naturaleza, entrar en connivencia con ella, afinarnos con ella, sintonizar nuestros chakras y dejarnos llevar, unirnos, sentirnos un todo con ella resonando en la vibración del amor universal.
Sanar y conocer es pues vibrar resonantemente el Todo habiendo para ello afinado nuestro instrumento, nuestra columna vertebral y bulbo raquídeo como una antena.
Las herramientas
Innumerables son los instrumentos creados por el hombre para desarrollar la escucha, entre ellos mencionaremos uno muy peculiar: el cuenco de cuarzo, provienen de una antiquísima tradición que se pierde en la noche de los tiempos y tiene un efecto equilibrador y armonizador siendo un poderoso estimulante del proceso de la escucha, sus infinitos matices deleitan y aquietan la mente facilitando la escucha inocente y consciente, su sonido es en sí mismo un resumen del Conocimiento condensado en sus matices, el canto y en particular el canto de armónicos también presenta una cualidades singulares favorece un efecto multiplicador de la atención al potenciar la lateralidad creando un micro-cosmos sonoro reflejo directo de nuestro macro-cosmos.
Existen multitud de vibraciones macro-cósmicas imperceptibles a nuestros sentidos que tienen sobre nosotros gran influencia, tal es el caso de la luz de las estrellas, escalada a sonido –luz y sonido están en una relación de 48 octavas- escucharemos el ritmo ancestral de todas las músicas de la tierra, se trata de vibraciones sutiles imprescindibles para nuestro equilibrio y sincronización de nuestros relojes internos, cuando desconectamos de ellas necesitamos algún tipo de sustitutivo –por ejemplo música excesivamente rítmica- que no siempre produce los mismos efectos beneficiosos. Otro ejemplo más cercano lo constituye el ritmo de los planetas del sistema solar; ¿podemos retomar una escucha más consciente de las vibraciones que nos provee la Madre Naturaleza?.
La herramienta básica para afinarnos se encuentra en nuestro interior; es la intención y requiere poner en juego recursos muy sutiles ya que muchos son los obstáculos –principalmente mentales- que se la oponen, en esta circunstancia es donde verdaderamente nos encontramos solos con nosotros mismos, es un momento de vacío que necesita de toda nuestra intuición, el canto de armónicos se realiza precisamente desde la intención, de hecho antes de ser audible en forma de sonido ya se ha creado, es un acto de intención puro manifestado a través de nuestra propia voz y los resonadores corporales que afina nuestros cuerpos sutiles, equilibra los chakras y nos prepara para la experiencia del Silencio interior, la resonancia con el Vacío, la comunión con el Todo.
Podemos cantar entonando cualquier melodía o podemos cantar entonando nuestro Bija Mantra –semilla del sonido sagrado- representa en forma de fonemas en Sánscrito lo que vibracionalmente somos, nuestro sonido semilla, nuestra canción de la vida, cuando lo cantamos armónicamente el Universo se ilumina al hacerlo en coro resplandece.
Los Bija Mantras provienen de la tradición hindú encontrándose referencias de ellos en los textos védicos. Se componen de silabas en sánscrito que representan la vibración y energía de cada uno de los pétalos de los chakras y cada chakra tiene su sonido raíz que contiene toda su esencia.
Cada persona tiene su Bija Mantra personal que es la llave para conectar con el maestro interior o esencia vibracional fundamental. Es la llave que se utiliza para invocar la energía divina de nuestro interior a través del corazón. Al cantar nuestro Bija Mantra se despierta el poder latente que todos llevamos dentro capacitándonos para transformar nuestras vidas en el plano físico mental y espiritual.
El Bija Mantra se vuelve más poderoso cuando es transmitido por un maestro cualificado que posee una profunda experiencia interna del Bija Mantra. Él ha adquirido el poder del Bija Mantra de su propio maestro. Además, crea una situación que acentúa nuestra receptividad a la integración de la sabiduría de nuestro Bija Mantra.
A través del poder de la sabiduría del Bija Mantra podemos comunicarnos fácilmente con nuestra propia y verdadera sabiduría interna mientras permanecemos libres de distracciones externas.
Cantando, recitando y entonando armónicamente nuestro Bija Mantra nos sirve para enfocar y abrir instintivamente nuestra mente a percepciones y poderes supra-normales. Al concentrarse en la repetición del sonido, todos los demás pensamientos se desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y tranquila y así podemos conectarnos con nuestra esencia mas profunda – lo que realmente somos-.
Antes de recibir el Bija Mantra personal, cada individuo, es armonizado para liberar sus bloqueos energéticos y así estar en la vibración adecuada para recibirlo.
Por ello y con anterioridad a la ceremonia se realiza una sesión o concierto de cuencos de cuarzo y canto de armónicos.
Los cuencos de cuarzo se fabrican con arena de cuarzo en estado casi puro y mediante una chispa eléctrica de alta temperatura se cristalizan en el acto en un horno centrífugo. Posteriormente se afinan a una nota musical determinada, de forma muy precisa que al ser tocados emiten tonos y multiaurales que generan una sensación de equilibrio y bienestar interior.
El canto de armónicos surgió simultáneamente en Mongolia en la tribu de los Tuva y en los monasterios del Tibet. Consiste en emitir un tono continuo denominado bordón y sobre el se genera un tono armónico modulable de forma que se genera una melodía que resuena en todo el organismo, produciéndose un efecto de armonización y sanación a diferentes niveles: físico, mental y espiritual.
La unión resonante de esta forma de canto con el sonido puro de los cuencos de cuarzo produce un entorno sónico que es un auténtico oasis idóneo para desconectar de nuestro parloteo mental y conectar con nuestro interior, es una ayuda para la relajación, meditación y conexión con nuestra esencia más profunda.
El Bija Mantra se canaliza individualmente en una ceremonia colectiva. Con ello se potencia el efecto del grupo sin limitar la intensidad de la experiencia individual.
Cada uno puede trabajar con su Bija Mantra en la forma que mas le guste. Puede cantarlo, repetirlo o entonarlo, e incluso puede hacerlo de forma mental en cualquier situación cotidiana.
La sesión o concierto de cuencos de cuarzo y canto de armonicos es una vivencia auditiva única que recomendamos encarecidamente experimentar y el recibir nuestro Bija Mantra puede ser una de las experiencias de consciencia mas relevantes de nuestra vida creando una sensación de paz y alegría duradera.
Son los sonidos que provienen del silencio y nos llevan al silencio.
Cuencos de cuarzo. didgeridús, canto de armónicos... Ciertos sonidos tienen la capacidad de, equilibrar el ánimo y la salud.
El ser humano ha expresado su conexión con lo sagrado mediante el sonido de su propia voz en cantos rituales. También desde antiguo ha utilizado, por sus propiedades sonoras, cuencos de metal y otros instrumentos de percusión delicada como medio para equilibrar el cuerpo y el alma. Otras culturas, como los aborígenes de Australia, desde hace mis de 40.000 años han usado la vibración del didgeridú, el instrumento de viento más antiguo que se conoce, tanto en sus ceremonias como para tratar las enfermedades y los desequilibrios que las producen.
Todos estos instrumentos son simples de tocar y revelan la riqueza y profundidad que puede haber en un solo sonido. Obedecen a un concepto de música diferente del que tenemos. En efecto, un concierto a base de cualquiera de estos instrumentos difiere de los que estamos habituados a escuchar. Son sonidos que llevan hacia dentro y ayudan a aquietar la mente, induciendo un viaje interior a través de la vibración, siempre que la persona se conceda un tiempo para la introspección y se halle en un lugar adecuado.
Todos estos instrumentos tienen una base común: el reconocimiento de la vibración sonora como un importante medio para lograr el equilibrio físico y energético, capaz de tocar profundamente nuestro ser de hecho, por medio del principio de resonancia el sonido tiene la capacidad de afectar a la materia. EI ejemplo más claro lo hallamos en la cuerda de una guitarra que hace vibrar a su vecina cuando se pulsa la nota adecuada, o en la cantante que rompe una copa con su voz al igualar la frecuencia de resonancia del cristal.
Eso lleva a pensar si, por un principio semejante, ciertas personas, paisajes o monumentos pueden inspirarnos positivamente o mejorar nuestro animo. Para las medicinas energéticas cada célula y cada órgano del cuerpo están vibrando continuamente a una frecuencia determinada. Cuando un órgano esta sano su frecuencia vibratoria está en armonía con el resto del cuerpo, mientras que en un órgano enfermo la frecuencia vibratoria esta alterada. Por el principio de resonancia es posible modificar estas frecuencias alteradas a través de la transmisión de otras frecuencias equilibrantes. Esto es lo que convierte al sonido en un instrumento terapéutico capaz de abrir la puerta al equilibrio físico, emocional, mental y espiritual.
Los sonidos más graves producen un enraizamiento en la persona porque afectan a los Centros inferiores de energía. Son más amplios, contienen más armónicos. Los más agudos resuenan en las zonas superiores del cuerpo (pecho, garganta y cabeza). Son sonidos más focalizados, más intensos.
Quienes utilizan estos instrumentos terapéuticamente ponen atención a otro aspecto fundamental: consideran el sonido como una onda portadora de conciencia. Es decir, dependiendo de donde este situada la conciencia del individuo cuando crea un sonido, la vibración puede transmitir información subliminal acerca de ese saber o esa energía a la persona que lo recibe.
Canto de armónicos
En este tipo de cantos se logra la emisión simultánea de varios sonidos al mismo tiempo. Son sonidos de gran pureza que llevan asociado un carácter sagrado y favorecen la lucidez y la serenidad.
Cuencos cantores
Se han utilizado durante siglos con fines terapéuticos y espirituales en diversos países de Oriente. Producen una armonización en el cuerpo físico y sutil y generan sonidos que tocan profundamente el interior. Pueden ser mejor aceptados que los cuencos de cuarzo por las personas que conecten más con el sonido de los cuencos de metal, y por aquellas otras a las que el sonido de los cuencos de cristal les resulte demasiado intenso.
Campanas y cimbalos
Tradicionalmente se han utilizado en los rituales budistas, en especial dentro de las orquestas de los templos tibetanos, y como instrumentos para la meditación. Su sonido es considerado corno una llamada de atención para el espíritu.
Cuencos de cuarzo
Las propiedades del cuarzo otorgan a estos instrumentos una enorme resonancia. Crean sonidos envolventes y trabajan profundamente sobre los hemisferios cerebrales y el cuerpo etérico. Sus usuarios aseguran que generan frecuencias muy potentes que favorecen el viaje interior, impulsando la conciencia a niveles vibratorios más altos.
Didgeridú
Es el instrumento de viento más antiguo que se conoce. Originalmente es una rama de eucalipto vaciada longitudinalmente y de forma natural por las termitas. Los aborígenes de Australia lo han utilizado en sus rituales, fiestas y como medio de sanación. Puede producir un sonido constante, que se denomina drone, rítmico y variado. Su vibración transmite, por encima de todo la energía de la tierra y la conexión con la naturaleza.
Este instrumento, ideado por Gaudry Norman, añade a las cualidades del didgeridú tradicional las propiedades del cristal del cuarzo. Tiene una gran resonancia y emite armónicos extremadamente nítidos, de gran pureza. Su sonido es más concentrado y además resulta muy ligero, lo que lo hace más manejable en sesiones terapéuticas, en las que se aplica la vibración a lo largo del cuerpo del paciente.
Los cuencos de cristal de cuarzo se utilizan en sesiones individuales para mejorar el flujo de la energía corporal, deshaciendo sus bloqueos e induciendo estados de inusitado bienestar.
La energía de forma apropiada. ‑ Se pueden tocar separadamente, por ejemplo para armonizar cada chakra, o se pueden combinar creando armonías que a menudo llevan a la conciencia a un estado de profunda paz y bienestar.
‑ La intensidad y la duración varían en función del paciente. Una sesión puede oscilar entre 30 y 50 minutos. Normalmente el paciente permanece estirado, aunque puede sentarse si lo desea, y los cuencos se sitúen a unos 80 cm.
‑ Se comienza con una pequeña relajación.
* Se utilizan los sonidos más graves en personas nerviosas o hiperactivas con tendencia al estrés; en estos casos se hace sonar el cuenco de manera con5tante y suave. Sonidos más agudos y variados con toques de campana se utilizan para activar a la persona. En una sesión de cuencos se actúa sobre los desequilibrios que pueda haber aplicando aquellos cuya nota resuene con la parte del cuerpo afectada, o que ayuden a distribuir, de hecho el cuerpo actúa como una caja de resonancia, de modo que el sonido varia según la parte del cuerpo sobre la que se aplique. Esto permite identificar bloqueos internos, ya que estos provocan que el sonido se apague más rápidamente en las zonas afectadas.
Campanas y cimbalos
En la tradición tibetana la campana se utiliza en prácticas meditativas y terapéuticas. Su sonido representa la energía femenina y normalmente se acompaña de un mango de madera (dorge), símbolo de la energía masculina. Se toca de la misma manera que el cuenco; es decir, golpeándola con el palo o frotándola en el borde inferior. No produce tantos armónicos como algunos cuencos tibetanos, pero logra una notable intensidad, no solo al golpearla sino cuando se activa en frotación.
Por su parte los cimbalos (pequeños platillos) producen un sonido agudo de gran nitidez. A menudo se utilizan al comienzo y al final de la meditación o durante las prácticas de reiki. Ambos instrumentos, como la campana en Occidente, representan Ilamadas de atención, para el espíritu.
El poder del cuarzo
El sonido de un cuenco de cuarzo se puede expandir hasta un kilómetro y mantenerse varios minutos hasta extinguirse. Tiene un patrón de ondas cercano al estado alfa, el que emite el cerebro en estados de calma profunda.
Si llenamos un cuenco de cuarzo con agua y activamos su sonido pueden observarse figuras geométricas en la superficie. Dada la enorme resonancia, al aumentar la intensidad el agua salta como si estuviera en efervescencia. Esto sugiere el efecto sutil que pueden producir estos instrumentos en el cuerpo, formado en más de un 70% por agua.
Además la sílice, que es cuarzo (óxido de silicio), abunda en los huesos, la sangre, el cabello, la piel, las uñas, los dientes... Nuestro ADN se estructura en una doble espiral similar a la del cristal de cuarzo. Hay cuatro moléculas de sílice en cada una de nuestras Mulas, y también está presente en la estructura cristalocoloidal liquida del cerebro.
El sonido producido por los cuencos de cuarzo influye profundamente a los hemisferios cerebrales. De hecho se pueden combinar determinados sonidos, llamados bineurales, para lograr su armonización. Su sonido repercute en la columna y se expande a las células, líquidos y órganos.
Los cuencos de cristal de cuarzo, al igual que los cuencos cantores de metal, ofrecen distintas posibilidades de trabajo de acuerdo a los distintos tamaños y notas en que están afinados. Es posible profundizar en la forma de tocar los cuencos y en como tocarlos para propósitos específicos.
Los cuencos y el didgeridú de cuarzo abren una nueva dimensión en el mundo de la vibración y el sonido. En la terapia y la medicina vibracional pueden ser unas herramientas de las que tan solo hemos comenzado a ver sus grandes posibilidades.